Para reservar en el Hotel Meliá Marina Varadero me dirigí al loby del Hotel Inglaterra, que se encuentra frente al Parque Central y a un lado del Gran Teatro de La Habana.
En este lugar encontré dos trabajadoras de la agencia turística Cubatur que me ofrecieron diferentes opciones para disfrutar de las bellas playas de Varadero. Atendiendo a mi presupuesto y mis necesidades, escogí pasar 3 días con 2 noches en el Hotel Meliá Marina Varadero. Una de las recomendaciones que atendí fue que tenían buena oferta gastronómica, porque lo paradisíaco del mar estaba garantizado en cualquier otro hotel que hubiera seleccionado.
Adicionalmente se pagaba por el transporte desde determinados puntos en La Habana al hotel. En mi caso fue el punto del estacionamiento de la Sala Polivalente Ramón Fonst, que se encuentra frente a la Terminal de Autobuses. El recorrido duró 3 horas y medias, haciendose una parada de 20 minutos en el mirador del Puente Bacunayagua "joya" de la ingeniería civil cubana.
Una vez entrados en Varadero el trayecto se hizo tardado y lento ya que se debía dejar a cada huésped en su hotel y el mio era de los últimos. La habitación estuvo bien, ya se siente el paso de los años en los muebles pero aun funcional y cómoda. Ésta contaba con vista a la piscina y más atrás el mar.
Las piscinas son de poca profundidad. Existe un bar dentro de una de las piscinas donde sirven múltiples tragos de coctelería en vasos desechables (margaritas, mojitos, piña colada, Cuba libre, etc.). También hay una cafetería abierta las 24 horas donde puedes encontrar platillos ligeros como hamburguesas o sandwiches. La oferta en el restaurante bufet es variada y muy sabrosa. Me encontré con deliciosos platillos cubanos como un arroz congrí con chicharrones espectacular. Este restaurante tiene vista hacia la marina.
La playa está a unos metros del hotel, para los que no les gusta caminar hay unos carritos tipo golf que te llevan hasta la arena. Al llegar encontré otro bar y un ranchón donde asan carnes. Hay música en la playa y actividades físicas muy buenas. El mar una maravilla, arenas finas y un clima estupendo.
En las noches siempre alguna variedad de entretenimiento, la Noche Cubana, la Noche de Blanco, fueron los espectáculos que me tocó presenciar. Luego iba al bar del loby a tomar algún delicioso trago antes de irme a descansar.
También existen restaurantes especializados, pero debes reservar con tiempo en la mañana en la carpeta del hotel. Se debe ir vestido de manera menos playera, no se admitían shores ni chancletas.
Para finalizar, mi estancia en el Hotel Meliá Marina Varadero fue muy agradable, descansé, disfruté, comí, bebí, reí, bailé, la pasé genial. Recomiendo ampliamente este hotel. Si estás interesado en pasar tus vacaciones en Cuba no puedes dejar de visitar Varadero y en cualquier hotel de todo el litoral la pasaras de maravilla.
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